sábado, 31 de marzo de 2018

CAPÍTULO I * ÉPOCA PRECOLOMBINA - SIGLOS XV, XVI y XVII - COMENTARIOS


CRONOLOGIA MÉDICA GENERAL DESDE LA ÉPOCA
PRECOLOMBINA HASTA 2006



CAPÍTULO I
ÉPOCA PRECOLOMBINA - FINES DEL SIGLO XV -COMENTARIOS -SIGLO XVI - COMENTARIOS -SIGLO XVII - COMENTARIOS

Primera etapa de la Medicina en Venezuela, cual es la Medicina Indígena, que se extiende desde lo ignoto hasta el descubrimiento del país en 1498.
La Medicina es ejercida por los PIACHES, que son a la vez curanderos, adivinos  o hechiceros y sacerdotes.
Males frecuentes son las “calenturas”, diarreas con sangre, ictericias, úlceras, bubas y otras afecciones. Fundamentalmente los procesos infecciosos y parasitarios.
Tratamientos comunes son exorcismos, unturas, bebedizos y purgantes, yerbas y piedras bezoares, actos quirúrgicos como amputaciones, circuncisiones y sangrías; y diversas formas de hidroterapia o balneoterapia. Todo bajo el signo de la hechicería y la superstición. (Las piedras bezoares o bezares son “concreciones de naturaleza variada que se hallan en el estómago e intestinos de algunos animales, principalmente rumiantes, consideradas en otro tiempo como medicamentos”).
El puerperio es generalmente ambulatorio para la mujer, yacente para el marido, y todo ello forma parte del rito de la covada.
La palabra "covada" evidentemente castellanizada del francés couvade, se ha usado en Venezuela para denotar la costumbre de fingir el marido el papel de la parturienta y acostarse él durante el lapso equivalente al puerperio. Sin embargo, no se ha integrado formalmente a nuestro idioma, y no aparece en los diccionarios más corrientemente utilizados en el país, desde el clásico de la Real Academia  hasta el reciente de venezolanismos, por lo cual puede considerarse a covada como un neologismo. Tampoco aparece en diccionarios franceses bilingües como el Códex o el Cuyás, a pesar de que la voz deriva del francés.
En cambio, el sinónimo couvade sí se encuentra en algunos diccionarios. En el Enciclopédico Español Salvat lo definen como originario del bearnés o lenguaje del Bearn, antigua región francesa, posteriormente integrante del departamento que fue de los Bajos Pirineos. A su vez se ha considerado el bearnés como una variante de la lengua de oc o "langue d'oc" o provenzal. Estrabón consideraba erróneamente a la covada como peculiar a los bearneses.
También se encuentra la palabra "couvade" en diccionarios ingleses tan clásicos y conocidos como la Enciclopedia Británica, donde aparece con amplia explicación, y el Webster "unabridged" y hasta en el pequeño, indicándose en todos ellos las estirpes francesas (proviene de couver: empollar, incubar…).
En Venezuela, varios autores describen o mencionan la costumbre en referencia, pero muy pocos emplean los términos covada o couvade. Entre estos pocos, los Dres. Pedro Antonio Gutiérrez Alfaro y Ricardo Archila, que usan ambos vocablos en el notable ensayo histórico LA OBSTETRICIA EN VENEZUELA, en el que consideran a la covada como un "pseudopuerperio masculino" y dicen en la sección COVADA del Capítulo Primero:
"Finalizamos el Capítulo Primero, refiriéndonos a la ‘couvade’ o ‘covada’, término de origen exótico, pues en cuanto a la práctica en sí misma, ésta existía en el continente americano antes del descubrimiento. En efecto, aún cuando descrita en La India, en la Tartaria y muchos pueblos incivilizados en distintas partes del mundo, América del Sur ha sido considerada especialmente como la tierra clásica de la covada" (vaya privilegio). ¿No habrá contribuido la covada a una presunta “flojera” masculina en algunas tribus u otros sectores suramericanos?
Observará el lector que al tratar de la época precolombina, dedico a su patología y a su terapéutica sólo dos brevísimos párrafos. Ello debido a que los textos son relativamente abundantes en tales aspectos (el último compendio de Historia Médica Venezolana del Prof. Dr. Rafael Cordero Moreno, editado en 1998, les dedica seis páginas). De suerte que el interesado tiene de sobra donde documentarse.
En cambio, he querido ser más amplio al referirme al “rito de la covada”, tratando de proveer lo que generalmente no existe en algunos manuales de historia médica.

1498
1.             Cristóbal Colón descubre a Venezuela en su tercer viaje, el 1º de agosto. Aún cuando estaba pautado que el Gran Almirante siempre tuviera médicos en sus navíos, ignórase si venían en esta expedición.
Afirma el Dr. Ricardo Archila en su notable HISTORIA DE LA MEDICINA EN VENEZUELA - Época Colonial, que "de acuerdo con una reglamentación impuesta por los Reyes Católicos, las expediciones a Indias tenían que llevar a bordo un personal ‘para los servicios sanitarios’". Y agrega seguidamente: "En las instrucciones dadas a Colón por los soberanos, en Medina del Campo, el 15 de junio de 1497, se le ordenaba: ‘asimesmo debe yr un físico, e un boticario e un ervolario e algunos instrumentos e musicos para pasatiempo de las gentes que alla de estar’".
Respecto a los médicos que acompañaron a Colón en sus viajes, el Dr. Plácido Daniel Rodríguez Rivero, el fundador de los estudios de Historia Médica Venezolana, asienta en su obra capital HISTORIA MÉDICA DE VENEZUELA HASTA 1900, lo siguiente:
"Es muy sensible que la historia haya omitido el o los nombres del cuerpo médico de esta tercera expedición de Colón, que seguramente sorprendió en esta parte del Nuevo Mundo la labor médica de nuestros piaches; y debemos conformarnos con saber que se llamaron Maestre Alonso y Maestre Juan los facultativos acompañantes en su primer viaje; y que fue Álvarez de Chanca, "el primer doctor en Ciencias Médicas que contempló las luminosas auroras del cielo americano, cuyo sol dio los brillantes matices a los vegetales que fueron objeto de sus estudios y admiración" quien figuró en su segunda recorrida. Este facultativo era el Dr. Diego Álvarez de Chanca (su nombre completo) según dice el Dr. Ambrosio Perera en su valioso libro HISTORIA DE LA MEDICINA EN VENEZUELA.
2.             Estímase que la población del país en este momento es de unos 500.000 indígenas, cifra que algunas opiniones acercan a 800.000.
3.             Con el descubrimiento de Venezuela en 1498 finaliza una primera etapa de la Historia Médica Venezolana, que comprende la Medicina Indígena de la época precolombina; y se inicia una segunda que se prolonga hasta la implantación de los estudios médicos por Campíns en 1763.
1499
Al tiempo que nace "VENEZUELA" en las riberas del Coquivacoa, llegan en la primera expedición de Alonso de Ojeda el cirujano Alonso y el boticario Bernal. Maestre Alonso y Maestre Bernal son los primeros médicos europeos (y primeros especialistas) que ejercen en el país.
Acerca de los citados facultativos que vinieron en esta primera expedición de Ojeda, el Dr. Plácido Daniel Rodríguez Rivero escribe lo siguiente:
"El punto inicial de rigurosa exactitud histórica de la presencia de médicos europeos en el occidente del territorio que se llamó Gobernación de Venezuela, data de la primera expedición que bajo su dirección hizo al territorio americano Alonso de Ojeda".
"Formaron parte interesante de ella un Cirujano, también llamado Alonso, y un boticario de apellido Bernal, que con Ojeda izaron velas en el puerto de Santa Catalina, vecino de Cádiz, el 18 de mayo de1499. Era el primero un práctico en Cirugía en la ciudad de Gueta, y hubo de lucir sus habilidades en los que de la tripulación quedaron heridos por los indígenas en la reyerta de Chichiriviche o Puerto Flechado. El segundo, Maestre Bernal, era italiano".
"Estos dos profesionales fueron los que iniciaron en Venezuela las especialidades, pues si hasta entonces los piaches resumían todas las ramas médicas, en la expedición de Alonso de Ojeda tocó a cada uno trabajar en una distinta, quedando desde aquella fecha independizada la Farmacia, como sucedía en Europa, y como continuó después aquí".
En referencia al nombre de VENEZUELA, cabe observar que su origen es en alguna medida de carácter sanitario, porque la indiada se había ido a vivir sobre el agua en esa "pequeña Venecia" de palafitos, huyendo de la terrible plaga de zancudos y otros insectos. Así lo dice Fray Pedro Simón, citado por Ricardo Archila: "La razón por la que estos indios vivían y viven en el agua es por más salud y librarse de mosquitos, de que hierve la tierra…".
Y finalmente, no hay duda de que las primeras curas efectuadas en el territorio de Venezuela, de que se tenga noticias, estuvieron a cargo del cirujano Alonso "en los que de la tripulación quedaron heridos por los indígenas…" en Chichiriviche o Pto. Flechado, como asienta Plácido Daniel Rodríguez Rivero.

Al finalizar el siglo, la situación es prácticamente la misma que en la época precolombina: dos años de conquista no modifican en nada la patología ni las costumbres médicas en el país.


1502
Con la segunda expedición de Alonso Ojeda llega el boticario Diego de Montes de Oca.
1530
Por esta época ejerce el aventurero y "diestro cirujano" Hernán Pérez de la Muela, quien asiste al primer "adelantado" y Gobernador Welser, Ambrosio Alfinger. Pérez de la Muela había llegado al territorio en 1529 con la expedición de Hans Seissenhofer, llamado por los españoles "Juan el Alemán" (Hans Seissenhoffer), y se encontraba en Coro cuando regresaba Ambrosio Alfinger, muy enfermo con un severo paludismo, de su primera expedición a la zona del Lago de Coquivacoa. Llamado para asistirlo, Pérez de la Muela lo hizo y le aconsejó proseguir hasta la Hispaniola o Española, hoy Santo Domingo, donde se podría contar con más recursos. Hízolo así Ambrosio Alfinger en junio de 1530 y Pérez de la Muela lo acompañó en ese viaje de salud. Así parece corroborarlo Ricardo Archila al referirse a un pasaje del Hermano Nectario María:
El Hermano Nectario María en su citado libro Los Orígenes de Maracaibo (pág. 146) nos dice: "Tan pronto como Ambrosio Alfinger llegó de Maracaibo, como enfermo, fue asistido por este facultativo... y le aconsejó que se fuese a curar a Santo Domingo, porque la enfermedad era grande y los aparejos no los avía en este tierra como los abría en Santo Domingo, y este testigo fue con el dicho Mícer Ambrosio a Santo Domingo y estuvo con él hasta curarle". (Archivo General de Indias, Justicia, 65. Declaración de Hernán Pérez de la Muela, folio 71).
Aunque el párrafo anterior proviene de cuatro fuentes (Ricardo Archila, el Hermano Nectario María, el Archivo de Indias y el mismo Hernán Pérez de la Muela), sí queda claro lo que interesa: que Pérez de la Muela declara haber asistido y acompañado a Ambrosio Alfinger hasta Santo Domingo.
Otro particular de interés, concerniente a Pérez de la Muela, es que el Hermano Nectario María, citado por Ricardo Archila y por Febres-Cordero, le atribuye haber sido el primer "físico" que se radicó en Venezuela. Sin embargo, sobre la permanencia de Pérez de la Muela en el país, profundiza bastante más el Dr. José Rafael Fortique (Véase "HERNAN PÉREZ DE LA MUELA, PRIMER MÉDICO EUROPEO ESTABLECIDO EN VENEZUELA", Primera y Segunda Partes.
1531
Las expediciones al Orinoco inícianse con la de Diego de Ordaz, quien como después don Jerónimo de Ortal, lleva recursos médicos en ella. Ordaz trata las heridas por flechas envenenadas con "cauterios y de fuego". El veneno era una preparación con base de curare, usada principalmente en las riberas del Orinoco.
El Dr. Isaac Pardo Soublette, en su hermoso libro ESTA TIERRA DE GRACIA, se refiere a ese tratamiento utilizado por Ordaz. "En la guerra de los cochinos, en Uyaparí, salieron trece soldados heridos de flechas envenenadas y Ordaz en la cura dellos hizo cierta experiencia de cabterios de fuego que él sabía e ninguno de los dichos españoles murió. El método parecía bueno, pero subsistía la duda, la fecunda duda científica. En Tuy hizo pinchar a dos indios viejos y les aplicó el cauterio. Los indios no murieron. Y no satisfecho todavía, repite la prueba ‘en dos indias viejas y dolientes que tenía e las hizo curar’". Y agrega en párrafo aparte:
"El documento es precioso para la historia de la ciencia: Las dichas indias murieron de su muerte natural y no con Rabia ni con las bascas que suelen morir los que están heridos de yerba, las cuales experiencias dicho gobernador hizo hacer para atajar la dicha yerba e saber el secreto e remedio della e por animar la gente de su compañía que tenía mucho temor e así lo dezía e publicaba e en todo se mostrava ser servidor de su Majestad e procurar el pro de los españoles…". Y prosigue:
"Por este episodio, y por otro muy famoso que hemos de conocer más adelante (alude a la operación que habría de hacer don Diego de Montes de Oca a Felipe de Hutten) vemos que aquellos paladines fueron también audaces precursores, en carne india, de la Medicina experimental".
1532
El primer "adelantado" y gobernador Welser, Ambrosio Alfinger, en el curso de su segunda expedición a Nueva Granada, decide remitir a Coro 30.000 pesos oro que había recogido con veinticuatro hombres de confianza al mando del capitán Íñigo de Bascona o Vasconia. Extraviáronse irremediablemente y entonces enterraron el oro al pie de un árbol. Mas "como sus fuerzas del todo le iban faltando, acordaron y de hecho lo hicieron, de ir matando a los pocos indios e indias que les habían quedado de servicio e írselos comiendo cada día el suyo.... sin dejar cosa de ellos, tripas ni lo demás, porque nada les sabía mal; y aún sucedió que matando al postrer indio, y arrojando cuando lo hacía cuartos el miembro genital... era tanta el hambre rabiosa de un soldado llamado Francisco Martín (relator del suceso) que como perro arremetió y lo cogió y se lo engulló crudo diciendo: pues esto arrojáis en estas ocasiones?...". "Dividiéronse luego unos de otros por temor de que el hambre los obligara a matarse entre sí. Cuatro que partieron juntos encontraron unos indios que les socorrieron con maíz y raíces: pero pareciéndoles poco cayeron sobre ellos, mataron a uno y tostaron la carne para que les sirviese de viático". (La cita es de José Gil Fortoul quien en llamada al pie de página menciona a Fray Pedro Simón, Juan de Castellanos y José de Oviedo y Baños).
El episodio es muy interesante, porque allí ocurre "el primer acto de canibalismo que registran las crónicas venezolanas", según José Gil Fortoul; y porque ahí aparece también por vez primera Francisco Martín, figura muy conocida en la historia de la primitiva Medicina venezolana.
Este primer caso de antropofagia en Venezuela tiene la particularidad de ser lo que me atrevo a considerar un canibalismo inverso, porque no se trata de que salvajes coman civilizados, que es lo habitual, sino de civilizados que comen salvajes.
En cuanto a Francisco Martín, habiendo sido el único sobreviviente de la expedición que Ambrosio Alfinger encomendó a Íñigo de Bascona, como dice quizá más que la historia la leyenda, se convertirá después en un famoso curandero, un piache asimilado, primero en Los Andes y después en la región del Coquivacoa y concretamente en Maracaibo, donde aprendió a curar sobre la base de "humo, soplos y bramidos", según Francisco López de Gómara o "lamidos", según otras versiones, llenando buena parte de la historia médica venezolana del siglo XVI.
1540 a 1546
Primera operación quirúrgica formal efectuada con éxito en el país, de que se tenga noticias: Felipe de Hutten, Capitán General o Gobernador Welser de Venezuela, quien se hallaba gravemente herido, es operado con todo éxito por don Diego de Montes de Oca, después de haber reproducido éste la herida y ensayado la operación en un indio viejo.
El tal don Diego de Montes de Oca, llamado con el tiempo "el Venerable", madrileño, "diestro cirujano y célebre varón de Medicina" como lo versificase el cronista-poeta Juan de Castellanos, creen unos ser el mismo llegado con Alonso de Ojeda hacia 1502, y otros haber venido en 1535 acompañando a Jorge de Spira, a quien habría de seguir en su desastrosa expedición por los llanos de occidente y del sur, desde ese año hasta 1538. Posteriormente marchó con Felipe de Hutten (o Utre o Urre o Uten, como gustan llamarlo algunos historiadores de habla hispana) en la que éste condujera por ruta casi idéntica a la de Jorge de Spira. Y es entonces cuando tiene lugar el conocido lance que motivó la famosa intervención de Diego de Montes de Oca.
En efecto, hubo de llegar Felipe Hutten con su expedición a Macatoa, en la comarca de los hospitalarios guayupes, a orillas del río Papamene, ahora Guaviare. Ya repuesto allí de enfermedades y fatigas, desoyendo consejos y en su frenesí por El Dorado, prosiguió su marcha hasta internarse en la tierra de los belicosos omeguas... Creyendo avistar una gran ciudad que a lo mejor tomaría por Manoa (la legendaria capital de El Dorado), adelantose impetuoso e imprudente hasta encontrarse de improviso con uno de los agresivos omeguas, quien le infirió tremendo lanzazo en el hemitórax derecho.
Entonces fue cuando don Diego de Montes de Oca efectuó la operación que se ha hecho célebre, para lo cual ideó el recurso tan ingenioso como cruel de hacer buscar un indio viejo, ponerle la misma ropa que vestía Felipe Hutten al ocurrir el lance, montarlo a caballo, y darle un lanzazo (que lo dejaría muerto allí mismo) igual al de Hutten, con lanza igual a las que usaban los omeguas, todo esto a fin de reproducir la herida lo más exactamente posible, para ensayar acto continuo la operación más adecuada y hacerla seguidamente al Welser, como en efecto la hizo con todo éxito. Todas las crónicas coinciden en que Felipe de Hutten soportó admirablemente (¡Cuán lejana todavía la anestesia...!).
Al describir la operación, Plácido Daniel Rodríguez Rivero utiliza la narración de José de Oviedo y Baños, mientras que Ricardo Archila recomienda la de Fray Pedro Aguado. Véase lo más importante de la de Oviedo, cuyo valor histórico puede compensar una notoria incoherencia.
"Determinado, pues, este soldado (aunque no entendía de cirugía) a curar a Felipe de Utre, como la herida era entre las costillas y no había tientas para reconocer si estaba superior a las telas del corazón, o las había lastimado; discurrió de un modo tan singular como temerario para salir de esta duda; y fue que con beneplácito del Cacique cogió un indio, el más anciano del pueblo (que debía ser esclavo) y montándolo a caballo con el mismo sayo de armas que tenía Utre hizo que otro indio por la misma rotura lo hiriese con una lanza semejante a las que usaban los omeguas: prueba que le costó la vida al miserable, pues abriéndolo después de hacer la anatomía, de que necesitaba para asegurar su cura halló que sin lastimar las telas había sido la herida superior; y libre con esta experiencia de la duda, rompiéndole más con un cuchillo para que quedase manifiesta la herida, le hizo ciertos lavatorios con agua de arrayán y otros compuestos, que fueron bastantes, para que meciéndolo de una parte para otra expeliese la sangre que se le había cuajado dentro, dejándolo en disposición que quedó sano del todo en pocos días, con notable admiración del Cacique y demás indios, que absortos ponderaban el sufrimiento y valor con que el paciente toleró los martirios de la cura", y agrega Plácido Daniel Rodríguez Rivero que "la salvación de Utre le hizo tal aura de prestigio médico al cruel Venerable, que quedó consagrado como uno de los más grandes curanderos de entonces".
Al ingenioso cirujano don Diego de Montes de Oca le quedó tiempo hasta para acompañar a don Diego de Losada en la fundación de Caracas (en 1567) y luengos años para ejercer su profesión y disfrutar su fama, hasta que murió "decrépito" y venerado en la "muy leal" ciudad de El Tocuyo; y desde luego, como el primer cirujano conocido en Venezuela.
1565
Para este año ya existe el Hospital de Santiago o de Lázaros, en Nueva Segovia de Barquisimeto, que fue tenido como el primero que hubo en Venezuela, fundado por el clérigo Fray Pedro del Castillo, muy probablemente precedido por otros hospitales en Cubagua, La Asunción, Coro y el Tocuyo. Según Ricardo Archila, "la primera referencia concreta, contenida en una Cédula Real respecto a hospitales en nuestro país", especifica un hospital en la Isla de Cubagua, año de 1532.
1567
El 25 de julio don Diego de Losada funda la ciudad de Santiago de León de Caracas.
1568
Perece en combate el indio Tiuna, quien "fue el piache o médico sacerdote de más renombre en la tribu de los caracas y regiones circundantes”.
1569
En 14 de octubre, el licenciado don Luis de Rojas, médico, y don Juan Díaz de la Puerta, cirujano mayor, desembarcan en la región cumanesa con la expedición de Diego Fernández de Zerpa o Serpa o Cerpa.


1577
El Gobernador Juan de Pimentel traslada la capital de El Tocuyo a Caracas, la cual tiene para la época unos 2.000 habitantes; y en la relación hecha por él como Gobernador, le atribuye al sarampión y a la viruela "la desaparición de una tercera parte de los habitantes de la provincia".
1580
Primera epidemia de viruela conocida en Venezuela, probablemente traída por esclavos negros importados de Guinea, la cual mata "más de la mitad de los indios de la Provincia", según José de Oviedo y Baños citado por Ricardo Archila. Sin embargo, según Ceferino Alegría, "el dato conocido de mayor antigüedad de la viruela en Caracas se refiere a 1572...”. Oviedo también menciona el sarampión para la época. La viruela es la primera de las enfermedades pestilenciales que aparece en Venezuela.
1583
1.             Este año llega de España don Miguel Gerónimo, primer médico que ejerce en Caracas (hasta comienzos del siglo XVII).
2.             Comienza a figurar la ermita de San Clemente en Coro, con una sala de enfermos anexa.
1588
Segunda epidemia de viruela en Venezuela.
1598
Tercera epidemia de viruela.
1599
Cuarta epidemia de viruela.

En este siglo el paludismo diezma casi todas las expediciones; ocurren cuatro epidemias de viruela (1580, 1588, 1598, 1599); y como se ha dicho, el curioso Francisco Martín (el único superviviente de la expedición que en 1532 Ambrosio Alfinger encomendó a Íñigo de Bascona) ejerce en Maracaibo con base de "humos, soplos y bramidos" según Francisco López de Gómara.
Los piaches indígenas van cediendo terreno a los curanderos criollos, y la hechicería y superstición al empirismo, que se desarrollará al máximo en los siglos XVII y XVIII.
En este siglo tiene lugar un proceso de transculturación de razas, religiones y costumbres.
Durante este siglo XVI alcanza su apogeo la bárbara guerra de conquista. En una Historia de la Medicina es necesario registrar las guerras entre los fenómenos naturales o sociales que ponen en peligro salud, vida y bienestar, como cualquier epidemia o serie de epidemias, o aún con mayor razón, ya que a diferencia de éstas, en las que más sucumben los débiles y tarados, las guerras escogen sus víctimas dentro de lo más fuerte, maduro, productivo y creador de los pueblos. Las guerras repercuten cuantitativa y cualitativamente sobre la población al aumentar específicamente la mortalidad; disminuyendo la tasa de natalidad al destruir selectivamente los sectores demográficos de mayor nupcialidad y fecundidad, y creando miseria, hambre y desnutrición al acabar con las fuentes de producción y de trabajo. ¿Cuántos  no sucumbieron el plomo, acero y martirio de los conquistadores? ¿Cuántos de éstos a las armas de los americanos?

1602
Este año comienza a funcionar en Caracas el Hospital de San Pablo (exclusivamente para hombres), el primero de la capital, llamado algunas veces Real Hospital y Real Hospital de San Pablo.
Esta sinonimia quizá haya contribuido a la creencia de que el Hospital de los “Reies” o de los Reyes -que comenzó a construir a fines del siglo XVI el progresista gobernador y Capitán General don Diego de Osorio- y el de San Pablo eran una misma cosa. "La versión exacta - dice Ricardo Archila - es que el Hospital de los “Reies” no fue concluido; en realidad se construyó uno nuevo: el de San Pablo. Así pues, podemos afirmar que en Caracas hubo la tentativa frustrada de un hospital pionero a fines del siglo XVI pero que, en verdad, la asistencia hospitalaria no comenzó sino a principios de la centuria del XVII, siendo el Hospital de San Pablo el primer nosocomio efectivo que tuvo la ciudad".
Y el mismo Ricardo Archila precisa: "No cabe duda, pues, que 1602 marca el punto de partida de la existencia del Hospital de San Pablo. Para el 22 de agosto de ese año, el escribano Público del Ayuntamiento, Pedro Gutiérrez de Lugo, certificaba que ya el hospital estaba ocupado y que se atendían en él cuatro enfermos, con especificaciones de sus nombres completos".
1607
1.             Para esta época el cirujano Francisco Díaz y el Licenciado Etor Méndez ya residen en Trujillo.
2.             Fundado el Hospital de Santa Ana en Maracaibo, gracias a los esfuerzos de doña Inés del Basto (o "del Vasto" en documentos más antiguos), esposa del alguacil mayor de la ciudad, don Francisco Hortiz u Ortiz. Con la ayuda de éste y de los indios Gaspar y Magdalena, Doña Inés del Basto asiste enfermos allí, y por consiguiente actúa como enfermera, la primera en la historia médica del país hasta demostración en contrario. Este hospital llamaríase "de Caridad" desde comienzos del siglo XIX (hacia 1810); y en el mismo sitio, o contiguo, se levantaron después un hospital militar (hacia 1815), una cárcel, la Iglesia de "Santa Ana" y desde 1865, la Casa de Beneficencia, fundada en 1860, hoy Hospital Central Dr. Urquinaona.
Puede pensarse que quien dio nombre a una institución médica fue un médico o, en todo caso, una figura distinguida en ese campo. Pero la verdad es que el doctor Antonio José Urquinaona Bracho no era médico sino abogado, con gran espíritu público y otros méritos tan relevantes, que se vio obligado a retirarse (¡) a Colombia y “refugiarse” (¡) (la palabra es del diccionario de la Fundación Polar) en Cúcuta, donde murió en 1872. ¿Quién entiende esa increíble paradoja? (“Haz bien y… espera el leñazo”) como en el dicho criollo.
Quizá hubiera sido mejor para el Dr. Antonio José Urquinaona Bracho seguirse por la melancólica poesía de Fray Luis de León:
“Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
del aquiste mundo malvado”
1614
Severa epidemia de viruela azota a Caracas; y en esa ocasión, por requerimiento del Cabildo, presta servicios en la asistencia a los enfermos la viuda Ana de Haro, otra de las primeras mujeres que actúan como enfermeras en el país, "y que dixo que sí lo haría pagándosele". Con lo cual viene a ser la primera enfermera remunerada y por consiguiente profesional de que se tenga conocimiento en Venezuela.
1623
El Obispo Fray don Gonzalo de Angulo funda en Coro el Hospital de Santa Ana, en el sitio de la sala de enfermos y ermita de San Clemente.
1625
Este año ya existe el Hospital Real de El Tocuyo.
1641
Primer terremoto de Caracas, llamado "de San Bernabé" el 11 de junio, en que perecen unas doscientas personas, "lo que equivale, dada la escasa población de entonces, a una proporción altísima de víctimas". Lo había anunciado en las calles "el loco" Saturnino (a) "Ropasanta", personaje popular. Caracas no llegaba a los 6.000 habitantes.
¿Y cómo fue lo de "Ropasanta"? Veamos lo que al respecto nos dice el Prof. José Antonio Calcaño:
"Caracas tenía, además de cura y barbero, su loco popular, para que nada le faltara. Este personaje era el loco Saturnino, a quien los muchachos revoltosos llamaban "Ropasanta". Era pacífico e ingenioso. Se le veía a diario por los sitios más concurridos; era, sin duda, protegido o socorrido por algunas familias pudientes. En los primeros meses de 1641, Ropasanta cruzaba las calles, acaso con los pies descalzos y algún andrajoso calzón, murmurando esta quintilla, hija de su ingenio, que comenzaba a ser también ingenio callejero de Caracas:

"Qué triste está la ciudad
perdida ya de su fe,
pero destruida será
el día de San Bernabé
quién viviere lo verá"
Aludía Saturnino al cúmulo de murmuraciones, intrigas y habladurías que tomaban cuerpo debido al carácter duro y al proceder voluntarioso y abusivo de Fray Mauro"... (Fray Mauro de Tovar, el obispo).
"La gente poco caso hacía de las palabras de Ropasanta, quien proseguía su letanía interminable, repitiendo hasta la saciedad su acostumbrado estribillo: ´Quien viviere lo verá´".
"Llegada ya la víspera de San Bernabé, modificó el popular personaje su profecía, cambiándola de este modo":

"Téngolo ya de decir
yo no sé lo que será
mañana es San Bernabé
quien viviere lo verá”
"Y ya al anochecer, con una piedra a cuestas, tomó el camino del cerro del Calvario, advirtiendo a cuantos encontraba a su paso, que pasaría la noche a cielo abierto, porque al siguiente día Santiago de León bailaría como un trompo".
"Al día siguiente se cumplió la profecía de Ropasanta, la cual se dice que fue también repetida por un niño de la ciudad".
¿Y cómo se explica científicamente la premonición de Ropasanta y, en general, las premoniciones? El eminente psiquiatra Prof. Dr. Ricardo Álvarez, en el capítulo "Caso de Saturnino o Ropasanta" de su Historia de la Psiquiatría Venezolana, se refiere así al fenómeno:
"Para finalizar diremos que no sería ilógico suponer en Ropasanta algún proceso paranoide de ideas o pseudopercepciones místicas que, a raíz del infausto suceso, hubiese evolucionado hacia una fijación retrospectiva propagada luego por él mismo en natural movimiento de desahogo".
Desde luego que este pronunciamiento no muy claro del Dr. Ricardo Álvarez no responde a la pregunta (cómo se explican científicamente las premoniciones), es decir, no diagnostica lo que pasó en el cerebro de Ropasanta antes del terremoto sino después ("a raíz del infausto suceso..."). Pero la opinión no carece de valor histórico, porque cuando menos permite deducir que entonces, todavía en 1942 (fecha en que apareció el libro del Dr. Ricardo Álvarez) no habían llegado a la Psiquiatría venezolana los conocimientos debidos a las investigaciones que ya habíanse iniciado en 1934, especialmente por J. B. Rhine en la Universidad Duke, EEUU, en el campo de la percepción extrasensorial y en general de la Parapsicología.
Por razones análogas a las expuestas a propósito de las guerras, la Historia de la Medicina también debe tomar en cuenta las catástrofes naturales o siniestros al lado de aquellas y de las enfermedades, como causas de mortalidad, como riesgos para la salud, la vida y el bienestar, y como acontecimientos de importancia creciente en la medida en que también crecen la población y las masas. Los accidentes  y desde luego esos accidentes como los siniestros o catástrofes colectivos, constituyen importantísimos capítulos en la moderna Epidemiología.


1642
El cirujano Alonso de Heredia (sin título universitario) va con la expedición del gobernador Ruy Fernández de Fuenmayor a Maracaibo.
1648
Aparece por primera vez la peste bubónica en Venezuela (Isla de Margarita).
1649
1.             Primera farmacia en Caracas, de Marcos Portero que sucesivamente pasará a manos de Ponce de León, Ángelo Bartolomé Soliaga y Pamphilio, y Antonio Valdéz.
2.             Por esta época se inicia la contratación de médicos para las minas de Aroa (primer indicio de Medicina Industrial), entre los cuales figuran Pedro Manuel, barbero y cirujano; Diego Ximénez Lozano, cirujano, y Juan Bautista Nicolás. A Diego Ximénez Lozano se le abonan 5.754 reales por dos años de servicio.
1658
Espantosa epidemia en Caracas, considerada la primera de peste bubónica sufrida por la capital, que entonces tiene ocho mil habitantes. Dos mil muertos en 70 días: ¡25% de mortalidad! (No se puede calcular la letalidad porque no se conoce el número de casos). Caracas parece una ciudad muerta y según Luis Alberto Sucre, citado por Ricardo Archila y por Ceferino Alegría, "sólo interrumpe el silencio... la voz de los que en públicas rogaciones, vestidos de hábitos en señal de penitencia, van rezando por las calles:
“Aplaca, Señor tu ira,
tu justicia, tu rigor;
dulce Jesús de mi vida
¡Misericordia, señor!”
En toda la historia de Santiago de León, jamás ha habido una catástrofe comparable con esta peste" al decir del Profesor José Antonio Calcaño.
Seguidamente la epidemia extiéndese a todo el territorio de la Gobernación, donde produce 10.000 muertes.
1661
Vive Caracas una época sombría de langostas, ratas, sequía y hambre.
1662
En Caracas el célebre curandero Juan de Espinoza comienza a ejercer las cuatro profesiones de barbero, médico, cirujano y boticario, y a formar escuela de empíricos que va cobrando fama con el tiempo.
1668
El Licenciado Luis de Espinoza, famoso por sus estrambóticas recetas (más propias de piache que de médico), asiste en Trujillo al Obispo Fray Alonso Briceño.
Entre las prescripciones hechas por el Licenciado Espinoza al obispo Briceño figuran "zumo de mastuerzo", "palomas abiertas por el vientre en la boca del estómago", "plantillas de piel de gato negro" y "agua en taza de plata dorada con piedras bezares".
1669
Radícase en Trujillo el Dr. Cristóbal Valdéz Rodríguez de Espina, probablemente el más capacitado de su época; y firma contrato con los notables de la ciudad para establecer una farmacia. Años después, en 1678 y debido a un lance personal suyo, decidió trasladarse a Carora, donde llegó ese mismo año a ser Alcalde.
1671
Por disposición del Cabildo de Caracas, y con anuencia del Gobernador, desde esta fecha aplícanse medidas sanitarias a los barcos que llegan a La Guaira; una de las primeras manifestaciones de Sanidad marítima en Venezuela.
1672
Gradúase de licenciado y de Doctor en Medicina en México, Juan de Brizuela, caraqueño que estudió allí donde llegó a ser Profesor de Prima de Medicina y protomédico. Juan de Brizuela fue el primer venezolano que se doctoró en Medicina y el único que lo hizo en el siglo XVII.
1673
Llega de España el médico Ángelo Bartolomé Soliaga y Pamphilio acompañando al Obispo Antonio González de Acuña, y se queda en Caracas.
1691
En Caracas, el 17 de diciembre inaugúrase, al lado del Hospital San Pablo, el Hospital de Nuestra Señora de la Caridad, exclusivamente para mujeres y con capacidad para ocho camas. Fue hospital, hospicio y reformatorio.
1693
El Cabildo de Caracas, a petición del Regidor Baltazar de Soto, enjuicia al curioso Portugués Joseph Caraballo o Caravallo, por declarar sanos unos variolosos en descamación que llegan al país; lo que se ha sospechado pudo haber contribuido a la gran epidemia del año siguiente en La Guaira.
1694
1.             Terrible epidemia de viruela en La Guaira, contra la cual luchan allí el cirujano don Gerónimo de Pagola, enviado por el Cabildo, y el Dr. Joseph Roys Carvallo, enviado por el Gobernador.
2.             Primera epidemia de fiebre amarilla en Caracas.
3.             El cirujano Francisco Guerra Martínez, denuncia a José Caraballo y a Miguel Díaz de Perea o de Perca por ejercicio ilegal de la Medicina. Quizá sea éste el primer caso de denuncia por ejercicio ilegal.
1696
1.             Al entrar el año hay todavía fiebre amarilla en Caracas (que tiene 6.000 habitantes según Censo del Gobernador Francisco de Berroterán) y en esos días el cirujano Francisco Guerra Martínez (obligado por el Gobernador, con quien se la pasaba de pleito) realiza la primera autopsia en Venezuela.
2.             Inaugurado el Colegio Seminario de Santa Rosa, en Caracas, asiento de la Universidad de 1725.
1698
Primera referencia documental sobre tuberculosis en Venezuela: el médico vienés Albertus Millier expide certificado de defunción a un paciente que muere de "héctica calentura".

En este siglo regístranse trece epidemias de viruela.
Llegan a Venezuela aproximadamente 56 médicos (sin incluir barberos-sangradores) para las minas.
Se manifiesta en Caracas la primera reacción contra el curanderismo. Desarróllase el oficio de comadronas. Primera farmacia.
Va apareciendo la tuberculosis.
La profesión médica muestra una amplia variedad de "especialistas" (titulares y empíricos): médicos, boticarios, cirujanos, barberos, algebristas, sangradores, herbolarios, romancistas, latinos, curiosos y curanderos.
Los barberos, desde muy antiguo, trasplantando en América una vieja costumbre de Europa, habían venido desempeñando también labores quirúrgicas; y hasta nosotros llegaron las dos categorías de barberos-sangradores o barberos-flebotomistas y de barberos-cirujanos. Los algebristas, llamados a veces sobadores, dedicábanse a reparar fracturas y lujaciones al álgebra quirúrgica; fueron los precursores de los modernos traumatólogos. Los herbolarios fueron los antecesores de los más recientes yerbateros. Los Latinos eran los "cirujanos mayores", que habían hecho sus estudios en latín. Por el contrario, los "cirujanos menores", que no conocían el latín, no podían prescribir sino en lenguaje corriente, en romance, y por ello se les llamaba romancistas.
Durante este siglo, la Medicina misionera ejerce su influencia en la práctica médica.

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