CAPÍTULO XII
COMENTARIOS A LA MEDICINA VENEZOLANA
EN EL SIGLO XX
La Medicina Venezolana en el
siglo XX ha mostrado características –algunas progresivamente sostenidas en
determinados sentidos, que constituyen tendencias– entre las cuales algunas que
siguen a continuación, expuestas lo más sintéticamente que ha sido posible.
Esas características y tendencias en su mayoría lo han sido también –casi
huelga decirlo– en escala universal.
I.
Tendencia a la disminución de los procesos
contagiosos, trasmisibles o comunicables.
Ejemplos notables en
Venezuela son el paludismo, la
tuberculosis y la viruela.
1.
Por paludismo, la mortalidad en 1942 era de
155 por 100.000, y en 1953 de ¡sólo 2 por 100.000! Esta reducción no ha tenido
altos ni bajos, se debe a la labor de la división de Malariología del
Ministerio de Sanidad (“Dirección de
Malariología y Saneamiento”), y fue
la obra del Dr. Arnoldo Gabaldón y sus colaboradores, sucesores o
continuadores.
2.
Por tuberculosis, la mortalidad en 1944 era
de 259 por 100.000, y en 1959 ¡sólo 37 por 100.000! Esta reducción se debe
fundamentalmente a la labor de la división de Tisiología (ahora “de tuberculosis”) del Ministerio de
Sanidad y fue la obra del Dr. José
Ignacio Baldó y sus colaboradores, sucesores o continuadores.
2.
En 1947 hubo
7.446 casos de viruela. ¡Ninguno en
1957! Esta reducción, que se mantiene, se debe fundamentalmente a la labor de
la División de Epidemiología y Estadística Vital del Ministerio de Sanidad, y ha sido la obra del Dr. Darío Curiel
Sánchez y sus colaboradores, sucesores o continuadores.
3.
Las
manifestaciones contrarias a la tendencia decreciente de los procesos
infecciosos, no son sino excepciones dentro de la gran regla general. Tal
ocurre, por ejemplo, con los transitorios incrementos endémicos, epidémicos y
aun pandémicos de ciertos procesos (venéreas, rabia, gripe...) dentro de la
gran tendencia recesiva secular.
II.
Tendencia al incremento de procesos degenerativos, y
otros no infecciosos, como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, procesos
psicosomáticos o psicógenos, procesos mentales, accidentes, violencias,
toxicomanías y procesos industriales o enfermedades profesionales y
ocupacionales.
III.
Tendencia al incremento de la patología iatrogénica, originada tanto en la etapa diagnóstica como en la
terapéutica.
IV.
Tendencia al incremento de la contaminación ambiental (contaminación del aire, del suelo y del agua) y de
noxas o factores psico y sociopatogénicos tales como el ruido (incluyendo ciertos tipos de música) y otras aberraciones y
molestias.
V.
Gran tendencia, quizá irreversible, a la
especialización médica.
1.
Desarrollo de
especialidades y subespecialidades o superespecialidades; y multiplicación de
especialistas.
2.
Desarrollo de la
preparación de especialistas y fundamentalmente de los cursos de postgrado.
3.
Diferenciación
conceptual entre el internista y el médico general, y clasificación de la Medicina interna dentro de las
especialidades.
4.
Disminución
proporcional de médicos generales en
los centros urbanos, debido a la preponderancia y abundancia de los
especialistas, incluyendo desde luego entre estos a los internistas.
Una de las
características de la Medicina venezolana durante el siglo XX -efecto de la
tendencia a la especialización en todas las actividades humanas y en todas
partes del mundo- es el desarrollo de la especialización médica.
A fines del
siglo XIX sólo existían en el más importante hospital de la República las
cuatro ramas médicas fundamentales: medicina, cirugía, obstetricia y pediatría
(la ginecología ligada a la obstetricia) y desde luego los gérmenes de las otras
especialidades. Para 1930, la fundación de la policlínica en la capital
(Caracas), imprime mayor impulso al proceso de especialización médica,
profesional e institucional. Y ya en nuestros días existen en Venezuela casi
todas las especialidades médicas conocidas y aceptadas. Consecuencia de ello
son las correspondientes sociedades médicas especializadas.
5.
Aparición y desarrollo de sociedades médicas
especializadas.
Ya durante
el siglo XIX comenzaron a aparecer sociedades científicas y aun exclusivamente
médicas. Pero estas sociedades médicas eran de carácter general. Una diferencia
aparece en lo que va del siglo XX, con la fundación de sociedades médicas
especializadas. Desde luego, a la cabeza de nuestras sociedades médicas se
halla, en lo científico, la Academia Nacional de Medicina, corporación más amplia y
por supuesto también de carácter general. Por lo demás, como entidades
igualmente gremiales, las sociedades médicas especializadas, (llamadas “sociedades científicas” por la
Federación Médica Venezolana) se hallan estrechamente vinculadas a ésta.
6.
Restricción del
papel del “médico de cabecera” y del “médico de familia”, debido igualmente a
la abundancia, predominio y presión de los especialistas.
7.
Incoordinación
(entre los especialistas que intervienen en el ejercicio médico privado y aun
en el oficial, con perjuicio de los pacientes y del propio ejercicio
profesional.
VI.
Tendencia a intervención del Estado.
1.
Intervención del
estado en la Asistencia Médico-Social (“estatismo”,
“nacionalización”, “socialización”, etc.). Desarrollo de la
Medicina oficial.
2.
Número creciente
de médicos al servicio del Estado.
3.
Desarrollos de
servicios médicos para empleados.
4.
Desarrollo por
parte del Estado de un Seguro Social con
servicios médicos propios.
5.
Multiplicación incoordinada de entidades oficiales administradoras de asistencia
médica pública: Ministerio de Sanidad o de Salud, Seguro Social, otros
ministerios, Institutos autónomos, Gobiernos estadales, Concejos municipales,
etc.
6.
Proyección
social de la Medicina oficial.
VII.
Tendencias integralistas en lo científico y en lo
administrativo.
1.
Integralismo
médico sanitario:
a)
Prevención y
curación de la enfermedad, y promoción de la salud.
b)
Hospitalización
para todas las clases sociales y económicas. Desaparición del hospital “para pobres”.
c)
Tendencia al
hospital general.
2.
Asistencia,
docencia e investigación médicas en instituciones por tradición sólo
asistenciales, especialmente las hospitalarias.
3.
Trabajo en grupo
(o equipo) en hospitales y demás instituciones médicas.
4.
Medicina psicosomática
y sociopsicosomática.
5.
Medicina
antropológica.
6.
Desarrollo de
los servicios ambulatorios y –aunque en menor grado– de los servicios
domiciliarios.
7.
Mayor y mejor
utilización del servicio o trabajo social
con igual nivel y categoría de los otros servicios técnicos auxiliares
diagnósticos y terapéuticos.
8.
Tendencia muy
racional y progresista a penetrar en los grupos sanos con miras a un control
periódico o exámenes periódicos de salud para detección, diagnóstico y
tratamientos cada vez más precoces. “Chequeos”
o triajes médicos periódicos.
9.
Multiplicación y
desarrollo de los servicio médicos para grupos adultos sanos, o servicios de higiene del adulto, cuya versión más
común dentro de la administración sanitaria venezolana fueron o han sido los
Servicios de Certificados de Salud de
las Unidades Sanitarias.
VIII.
Tendencia a la asociación.
1.
Gremialismo médico.
Una
característica de la Medicina venezolana exclusiva del presente siglo XX es la organización gremial, indispensable entre las nuevas y crecientes dificultades
de la lucha por la existencia, las mayores complejidades del ejercicio
profesional, el incremento de la población médica, la competencia por parte del
Estado y las necesarias reivindicaciones del gremio. Lo fundamental de esta
organización hasta ahora, ha sido la creación de los Colegios de Médicos de la
República (tantos cuantas entidades federales hay en Venezuela), de la
Federación Médica Venezolana y del Instituto de Previsión Social del Médico
(IMPRES).
2.
Colegiación
del personal paramédico y sindicalización
del personal obrero.
Dentro de
la tendencia a la protección socioeconómica, es necesario mencionar la creación
de los diferentes colegios de profesionales paramédicos (bioanalistas,
enfermeras, etc.) y la discutible sindicalización del personal obrero de los
hospitales y otros institutos de asistencia médica.
IX.
Tendencias demográficas.
De las
tendencias demográficas venezolanas integrantes del síndrome mundial de la
revolución y explosión demográficas, puede decirse lo que sigue.
Después del
paulatino incremento poblacional registrado en el siglo XIX, sobreviene en
Venezuela, a partir de 1920, una revolución
demográfica constituida por una explosión
demográfica y fenómenos concomitantes, y determinada principalmente por los
siguientes factores:
1.
Aumento inicial
de la natalidad entre 1920 y 1953, de
27 a 44 por mil, respectivamente; mantenimiento de la misma a muy altos niveles
hasta 1967, y tendencia posterior a un paulatino descenso.
En cierta
medida, el aumento de la natalidad es un fenómeno aparente y relativo
relacionado con el subregistro, es decir, por disminución de las omisiones.
2.
Mortalidad general y mortalidad infantil.
Gran
descenso paulatino de la mortalidad general: en 1920 la tasa era,
aproximadamente, por ahora, el límite superior de una mortalidad basal que tiene varios años prácticamente estabilizada.
Factor muy
importante en el descenso de la mortalidad general ha sido la reducción de la
mortalidad infantil, de 124 por mil nacidos vivos en 1936 a 40 en 1977. El descenso de la mortalidad infantil se ha
debido fundamentalmente a la labor de la División (actualmente “Departamento”)
Materno-Infantil del Ministerio de Sanidad, y ha sido la obra del Dr. Pastor Oropeza y sus colaboradores, sucesores
o continuadores.
3.
Crecimiento vegetativo.
El aumento
inicial de las tasas de natalidad en la primera mitad del siglo y su
mantenimiento a muy altos niveles en lo que va de la segunda mitad, junto con
el sostenido descenso de la mortalidad general después de la segunda década,
han determinado muy elevadas tasas de crecimiento vegetativo (no inferior al 3%
después de 1950) y la consiguiente explosión
demográfica, con duplicación de la población cada veinte a veinticinco
años.
La
explosión demográfica venezolana del siglo XX ha originado tremendo desequilibrio
entre necesidades y recursos, con los siguientes efectos desfavorables para el bienestar de la población; bienestar que
es y debe ser el objetivo último y primero de la administración pública y de
todo Gobierno. Es el malestar el que
ha ido en aumento: el malestar colectivo y la patología social.
4.
Composición etaria (o por edades).
Las altas
tasa de natalidad y de crecimiento vegetativo sostenidas durante varias
décadas, y la consiguiente explosión demográfica, han contribuido a la muy
desfavorable composición etaria (es
decir, por edades) de la población venezolana, caracterizada por una población
excesivamente joven (47,5% de menores de 15 años para el censo de 1961) y el
balance consiguiente adverso entre población
activa y población pasiva.
Refiriéndose
al fenómeno, el Dr. Arnoldo Gabaldón, siendo Ministro de Sanidad de Venezuela,
dice: “En el censo de 1961, la proporción
constituida por este grupo sube a la alarmante cifra de 47,5%. Es posible que
éste sea el hecho demográfico de mayor significación que se encuentra en el
análisis de las cifras del censo de 1961. “El significado que tienen esas
cifras de distribución etaria de nuestra población es enorme”... “El porvenir de Venezuela depende de lo que
hagamos para sobrevivir a esta revolución demográfica... La angustia que este fenómeno me ha
producido lleva ya varios años”... ”Ante
todo eso tiemblo, porque en la historia de la humanidad no se ha visto un país
que se desarrolle teniendo una población económicamente activa igual en número
a la económicamente pasiva”... ”Si a los polacos les preocupa la cifra del 35
por ciento para tomar medidas, una de las cuales ha sido retrasar por tres años
la edad para el matrimonio, cuáles habrán de ser las medidas que debemos tomar
en Venezuela es algo que impacienta, porque el fenómeno continúa ignorado. La
angustia que él debe causar inquieta a pocos espíritus hasta el momento”.
(De la carta mensual de agosto de 1962).
Otra de las
medidas tomadas por los polacos, a que alude el Dr. Arnoldo Gabaldón- y con
mucho la más importante- había sido nada menos que la legalización del aborto.
Es de
suponer que la natalidad ya está comenzando a descender en Venezuela,
principalmente debido a la acción iniciada por la División de Población del
S.A.S, proseguida de la Asociación Venezolana de Planificación Familiar y
continuada por la actual Oficina de Planificación Familiar del S.A.S; pero a un
ritmo tan lento que –de no aplicar otras medidas- cuando alcance niveles
razonables o convenientes, ya los daños podrán ser irreversibles.
X.
Otras tendencias.
1.
Disminución
teórica y paulatina del per cápita de
pacientes (número de pacientes por médico), debido a la modificación de la ratio paciente-médico por haber sido el
crecimiento de la población médica mayor que el crecimiento de la población
total.
2.
Multiplicación
de las “clínicas” y “policlínicas” u hospitales privados.
3.
Mecanización del
proceso diagnóstico: predominio de los servicios
técnicos auxiliares (laboratorio,
rayos X, etc.) sobre la clínica de tipo clásico, y tendencia restrictiva de
ésta.
4.
Progreso en la
planificación, construcción y administración de hospitales, con etapas muy
racionales en la producción hospitalaria, entre las cuales, principalmente:
programa funcional o programa de necesidades, anteproyectos y proyectos arquitectónicos,
proyectos y cálculos de los ingenieros, elección del terreno, construcción
propiamente dicha (estructura, instalaciones, equipos, mobiliario,
instrumental), funcionamiento y administración, y expansión ulterior.
5.
Progreso en el
aprendizaje de la técnica hospitalaria, ya a través de la enseñanza en el país
o mediante estudios en el exterior.
6.
Disminución de
la influencia médica europea (especialmente francesa) y aumento de la
anglosajona (especialmente estadounidense) con tendencia a postguerra.
7.
Aparición y
desarrollo de la cirugía cardiovascular.
8.
Disminución de
la formulación magistral en
terapéutica y su reemplazo por patentados.
9.
Tendencia a la alimentación natural -lactancia materna-
en la primera infancia.
10.
Tendencia a la movilización precoz en cirugía y
obstetricia, por razones médicas y por razones administrativas.
11.
Control de la natalidad y planificación familiar por medio del aborto y la anticoncepción o
contracepción como gestión personal o privada, o por la acción oficial.
12.
Tendencia disgenésica o degerativa en la población,
como parte de la tendencia disgenésica de la población mundial.
13.
Tendencia al
desarrollo de servicios concentrados,
como los de terapia intensiva y, en
pacientes quirúrgicos, los de postoperatorio
inmediato o recuperación.
14.
Desarrollo de
servicios de emergencia para accidentes masivos o catástrofes, cuya más elaborada
expresión es (en países adelantados y especialmente en las grandes potencias)
la organización para la Defensa Civil,
surgida ante el peligro de la “guerra
total”.
15.
Deterioro paulatino en la calidad de la asistencia
médica oficial y privada, y más de la oficial que de la privada.
16.
Contínuo incremento en los costos de la asistencia
médica.
17.
Gran progreso general de la
ciencia médica y paradójica deshumanización de la profesión y asistencia
médica.
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