sábado, 31 de marzo de 2018

CAPÍTULO XII * COMENTARIOS A LA MEDICINA VENEZOLANA EN EL SIGLO XX



 CAPÍTULO XII


COMENTARIOS A LA MEDICINA VENEZOLANA
EN EL SIGLO XX

La Medicina Venezolana en el siglo XX ha mostrado características –algunas progresivamente sostenidas en determinados sentidos, que constituyen tendencias– entre las cuales algunas que siguen a continuación, expuestas lo más sintéticamente que ha sido posible. Esas características y tendencias en su mayoría lo han sido también –casi huelga decirlo– en escala universal.
                        I.                   Tendencia a la disminución de los procesos contagiosos, trasmisibles o comunicables.
Ejemplos notables en Venezuela son el paludismo, la tuberculosis y la viruela.
1.             Por paludismo, la mortalidad en 1942 era de 155 por 100.000, y en 1953 de ¡sólo 2 por 100.000! Esta reducción no ha tenido altos ni bajos, se debe a la labor de la división de Malariología del Ministerio de Sanidad (“Dirección de Malariología y Saneamiento”), y fue la obra del Dr. Arnoldo Gabaldón y sus colaboradores, sucesores o continuadores.
2.             Por tuberculosis, la mortalidad en 1944 era de 259 por 100.000, y en 1959 ¡sólo 37 por 100.000! Esta reducción se debe fundamentalmente a la labor de la división de Tisiología (ahora “de tuberculosis”) del Ministerio de Sanidad y fue la obra del Dr. José Ignacio Baldó y sus colaboradores, sucesores o continuadores.
2.             En 1947 hubo 7.446 casos de viruela. ¡Ninguno en 1957! Esta reducción, que se mantiene, se debe fundamentalmente a la labor de la División de Epidemiología y Estadística Vital del Ministerio de Sanidad, y ha sido la obra del Dr. Darío Curiel Sánchez y sus colaboradores, sucesores o continuadores.
3.             Las manifestaciones contrarias a la tendencia decreciente de los procesos infecciosos, no son sino excepciones dentro de la gran regla general. Tal ocurre, por ejemplo, con los transitorios incrementos endémicos, epidémicos y aun pandémicos de ciertos procesos (venéreas, rabia, gripe...) dentro de la gran tendencia recesiva secular.
                      II.                   Tendencia al incremento de procesos degenerativos, y otros no infecciosos, como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, procesos psicosomáticos o psicógenos, procesos mentales, accidentes, violencias, toxicomanías y procesos industriales o enfermedades profesionales y ocupacionales.
                   III.                   Tendencia al incremento de la patología iatrogénica, originada tanto en la etapa diagnóstica como en la terapéutica.
                   IV.                   Tendencia al incremento de la contaminación ambiental (contaminación del aire, del suelo y del agua) y de noxas o factores psico y sociopatogénicos tales como el ruido (incluyendo ciertos tipos de música) y otras aberraciones y molestias.
                      V.                   Gran tendencia, quizá irreversible, a la especialización médica.
1.             Desarrollo de especialidades y subespecialidades o superespecialidades; y multiplicación de especialistas.
2.             Desarrollo de la preparación de especialistas y fundamentalmente de los cursos de postgrado.
3.             Diferenciación conceptual entre el internista y el médico general, y clasificación de la Medicina interna dentro de las especialidades.
4.             Disminución proporcional de médicos generales en los centros urbanos, debido a la preponderancia y abundancia de los especialistas, incluyendo desde luego entre estos a los internistas.
Una de las características de la Medicina venezolana durante el siglo XX -efecto de la tendencia a la especialización en todas las actividades humanas y en todas partes del mundo- es el desarrollo de la especialización médica.
A fines del siglo XIX sólo existían en el más importante hospital de la República las cuatro ramas médicas fundamentales: medicina, cirugía, obstetricia y pediatría (la ginecología ligada a la obstetricia) y desde luego los gérmenes de las otras especialidades. Para 1930, la fundación de la policlínica en la capital (Caracas), imprime mayor impulso al proceso de especialización médica, profesional e institucional. Y ya en nuestros días existen en Venezuela casi todas las especialidades médicas conocidas y aceptadas. Consecuencia de ello son las correspondientes sociedades médicas especializadas.
5.             Aparición y desarrollo de sociedades médicas especializadas.
Ya durante el siglo XIX comenzaron a aparecer sociedades científicas y aun exclusivamente médicas. Pero estas sociedades médicas eran de carácter general. Una diferencia aparece en lo que va del siglo XX, con la fundación de sociedades médicas especializadas. Desde luego, a la cabeza de nuestras sociedades médicas se halla, en lo científico, la Academia  Nacional de Medicina, corporación más amplia y por supuesto también de carácter general. Por lo demás, como entidades igualmente gremiales, las sociedades médicas especializadas, (llamadas “sociedades científicas” por la Federación Médica Venezolana) se hallan estrechamente vinculadas a ésta.
6.             Restricción del papel del “médico de cabecera” y del “médico de familia”, debido igualmente a la abundancia, predominio y presión de los especialistas.
7.             Incoordinación (entre los especialistas que intervienen en el ejercicio médico privado y aun en el oficial, con perjuicio de los pacientes y del propio ejercicio profesional.
                   VI.                   Tendencia a intervención del Estado.
1.             Intervención del estado en la Asistencia Médico-Social (“estatismo”, “nacionalización”, “socialización”, etc.). Desarrollo de la Medicina oficial.
2.             Número creciente de médicos al servicio del Estado.
3.             Desarrollos de servicios médicos para empleados.
4.             Desarrollo por parte del Estado de un Seguro Social con servicios médicos propios.
5.             Multiplicación incoordinada de entidades oficiales administradoras de asistencia médica pública: Ministerio de Sanidad o de Salud, Seguro Social, otros ministerios, Institutos autónomos, Gobiernos estadales, Concejos municipales, etc.
6.             Proyección social de la Medicina oficial.
                VII.                   Tendencias integralistas en lo científico y en lo administrativo.
1.             Integralismo médico sanitario:
a)             Prevención y curación de la enfermedad, y promoción de la salud.
b)            Hospitalización para todas las clases sociales y económicas. Desaparición del hospital “para pobres”.
c)             Tendencia al hospital general.
2.             Asistencia, docencia e investigación médicas en instituciones por tradición sólo asistenciales, especialmente las hospitalarias.
3.             Trabajo en grupo (o equipo) en hospitales y demás instituciones médicas.
4.             Medicina psicosomática y sociopsicosomática.
5.             Medicina antropológica.
6.             Desarrollo de los servicios ambulatorios y –aunque en menor grado– de los servicios domiciliarios.
7.             Mayor y mejor utilización del servicio o trabajo social con igual nivel y categoría de los otros servicios técnicos auxiliares diagnósticos y terapéuticos.
8.             Tendencia muy racional y progresista a penetrar en los grupos sanos con miras a un control periódico o exámenes periódicos de salud para detección, diagnóstico y tratamientos cada vez más precoces. “Chequeos” o triajes médicos periódicos.
9.             Multiplicación y desarrollo de los servicio médicos para grupos adultos sanos, o servicios de higiene del adulto, cuya versión más común dentro de la administración sanitaria venezolana fueron o han sido los Servicios de Certificados de Salud de las Unidades Sanitarias.


              VIII.                   Tendencia a la asociación.
1.             Gremialismo médico.
Una característica de la Medicina venezolana exclusiva del presente siglo XX es la organización gremial, indispensable entre las nuevas y crecientes dificultades de la lucha por la existencia, las mayores complejidades del ejercicio profesional, el incremento de la población médica, la competencia por parte del Estado y las necesarias reivindicaciones del gremio. Lo fundamental de esta organización hasta ahora, ha sido la creación de los Colegios de Médicos de la República (tantos cuantas entidades federales hay en Venezuela), de la Federación Médica Venezolana y del Instituto de Previsión Social del Médico (IMPRES).
2.             Colegiación del personal paramédico y sindicalización del personal obrero.
Dentro de la tendencia a la protección socioeconómica, es necesario mencionar la creación de los diferentes colegios de profesionales paramédicos (bioanalistas, enfermeras, etc.) y la discutible sindicalización del personal obrero de los hospitales y otros institutos de asistencia médica.
                   IX.                   Tendencias demográficas.
De las tendencias demográficas venezolanas integrantes del síndrome mundial de la revolución y explosión demográficas, puede decirse lo que sigue.
Después del paulatino incremento poblacional registrado en el siglo XIX, sobreviene en Venezuela, a partir de 1920, una revolución demográfica constituida por una explosión demográfica y fenómenos concomitantes, y determinada principalmente por los siguientes factores:
1.             Aumento inicial de la natalidad entre 1920 y 1953, de 27 a 44 por mil, respectivamente; mantenimiento de la misma a muy altos niveles hasta 1967, y tendencia posterior a un paulatino descenso.
En cierta medida, el aumento de la natalidad es un fenómeno aparente y relativo relacionado con el subregistro, es decir, por disminución de las omisiones.
2.             Mortalidad general y mortalidad infantil.
Gran descenso paulatino de la mortalidad general: en 1920 la tasa era, aproximadamente, por ahora, el límite superior de una mortalidad basal que tiene varios años prácticamente estabilizada.
Factor muy importante en el descenso de la mortalidad general ha sido la reducción de la mortalidad infantil, de 124 por mil nacidos vivos en 1936 a 40 en 1977. El descenso de la mortalidad infantil se ha debido fundamentalmente a la labor de la División (actualmente “Departamento”) Materno-Infantil del Ministerio de Sanidad, y ha sido la obra del Dr. Pastor Oropeza y sus colaboradores, sucesores o continuadores.
3.             Crecimiento vegetativo.
El aumento inicial de las tasas de natalidad en la primera mitad del siglo y su mantenimiento a muy altos niveles en lo que va de la segunda mitad, junto con el sostenido descenso de la mortalidad general después de la segunda década, han determinado muy elevadas tasas de crecimiento vegetativo (no inferior al 3% después de 1950) y la consiguiente explosión demográfica, con duplicación de la población cada veinte a veinticinco años.
La explosión demográfica venezolana del siglo XX ha originado tremendo desequilibrio entre necesidades y recursos, con los siguientes efectos desfavorables para el bienestar de la población; bienestar que es y debe ser el objetivo último y primero de la administración pública y de todo Gobierno. Es el malestar el que ha ido en aumento: el malestar colectivo y la patología social.
4.             Composición etaria (o por edades).
Las altas tasa de natalidad y de crecimiento vegetativo sostenidas durante varias décadas, y la consiguiente explosión demográfica, han contribuido a la muy desfavorable composición etaria (es decir, por edades) de la población venezolana, caracterizada por una población excesivamente joven (47,5% de menores de 15 años para el censo de 1961) y el balance consiguiente adverso entre población activa y población pasiva.
Refiriéndose al fenómeno, el Dr. Arnoldo Gabaldón, siendo Ministro de Sanidad de Venezuela, dice: “En el censo de 1961, la proporción constituida por este grupo sube a la alarmante cifra de 47,5%. Es posible que éste sea el hecho demográfico de mayor significación que se encuentra en el análisis de las cifras del censo de 1961. “El significado que tienen esas cifras de distribución etaria de nuestra población es enorme”... “El porvenir de Venezuela depende de lo que hagamos para sobrevivir a esta revolución demográfica... La angustia que este fenómeno me ha producido lleva ya varios años”... ”Ante todo eso tiemblo, porque en la historia de la humanidad no se ha visto un país que se desarrolle teniendo una población económicamente activa igual en número a la económicamente pasiva”... ”Si a los polacos les preocupa la cifra del 35 por ciento para tomar medidas, una de las cuales ha sido retrasar por tres años la edad para el matrimonio, cuáles habrán de ser las medidas que debemos tomar en Venezuela es algo que impacienta, porque el fenómeno continúa ignorado. La angustia que él debe causar inquieta a pocos espíritus hasta el momento”. (De la carta mensual de agosto de 1962).
Otra de las medidas tomadas por los polacos, a que alude el Dr. Arnoldo Gabaldón- y con mucho la más importante- había sido nada menos que la legalización del aborto.
Es de suponer que la natalidad ya está comenzando a descender en Venezuela, principalmente debido a la acción iniciada por la División de Población del S.A.S, proseguida de la Asociación Venezolana de Planificación Familiar y continuada por la actual Oficina de Planificación Familiar del S.A.S; pero a un ritmo tan lento que –de no aplicar otras medidas- cuando alcance niveles razonables o convenientes, ya los daños podrán ser irreversibles.
                      X.                   Otras tendencias.
1.             Disminución teórica y paulatina del per cápita de pacientes (número de pacientes por médico), debido a la modificación de la ratio paciente-médico por haber sido el crecimiento de la población médica mayor que el crecimiento de la población total.
2.             Multiplicación de las “clínicas” y “policlínicas” u hospitales privados.
3.             Mecanización del proceso diagnóstico: predominio de los servicios técnicos auxiliares (laboratorio, rayos X, etc.) sobre la clínica de tipo clásico, y tendencia restrictiva de ésta.
4.             Progreso en la planificación, construcción y administración de hospitales, con etapas muy racionales en la producción hospitalaria, entre las cuales, principalmente: programa funcional o programa de necesidades, anteproyectos y proyectos arquitectónicos, proyectos y cálculos de los ingenieros, elección del terreno, construcción propiamente dicha (estructura, instalaciones, equipos, mobiliario, instrumental), funcionamiento y administración, y expansión ulterior.
5.             Progreso en el aprendizaje de la técnica hospitalaria, ya a través de la enseñanza en el país o mediante estudios en el exterior.
6.             Disminución de la influencia médica europea (especialmente francesa) y aumento de la anglosajona (especialmente estadounidense) con tendencia a postguerra.
7.             Aparición y desarrollo de la cirugía cardiovascular.
8.             Disminución de la formulación magistral en terapéutica y su reemplazo por patentados.
9.             Tendencia a la alimentación natural -lactancia materna- en la primera infancia.
10.         Tendencia a la movilización precoz en cirugía y obstetricia, por razones médicas y por razones administrativas.
11.         Control de la natalidad y planificación familiar por medio del aborto y la anticoncepción o contracepción como gestión personal o privada, o por la acción oficial.
12.         Tendencia disgenésica o degerativa en la población, como parte de la tendencia disgenésica de la población mundial.
13.         Tendencia al desarrollo de servicios concentrados, como los de terapia intensiva y, en pacientes quirúrgicos, los de postoperatorio inmediato o recuperación.
14.         Desarrollo de servicios de emergencia para accidentes  masivos o catástrofes, cuya más elaborada expresión es (en países adelantados y especialmente en las grandes potencias) la organización para la Defensa Civil, surgida ante el peligro de la “guerra total”.
15.         Deterioro paulatino en la calidad de la asistencia médica oficial y privada, y más de la oficial que de la privada.
16.         Contínuo incremento en los costos de la asistencia médica.
17.         Gran progreso general de la ciencia médica y paradójica deshumanización de la profesión y asistencia médica.

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